El tratamiento debe seguir siendo local o regional. El médico generalista, junto con un cirujano ortopédico, puede proporcionar cuidados de seguimiento. Si tiene alguna duda, puede consultar al Consejo Científico Asesor. Este último puede ayudar a establecer el diagnóstico si hay alguna duda, o dar una opinión o consejo terapéutico.
Es necesaria una evaluación precisa de todos los condromas afectados e implantados para que el paciente y el médico puedan estar atentos a cualquier cambio.
Se debe animar a los pacientes a que acudan al médico si experimentan síntomas como un dolor inusual sin conmoción o un aumento del tamaño de los condromas.
La gammagrafía y la resonancia magnética pueden ser útiles para controlar la actividad celular de un condroma.
Se aconseja una vigilancia ginecológica regular debido a patologías relacionadas como los tumores de ovario, y las pacientes deben estar atentas a los dolores abdominales.
Una vez al año
para niños
Una vez / 3 años
para adultos